miércoles, 5 de diciembre de 2007

Cosas que pasan

Una niña llamada Sole ha sido reprendida por su abuela en la cola del supermercado. Creo que la pequeña ha pasado vergüenza. No era para menos. Supongo que la paciencia tiene un límite. Y la yaya, como ella misma se hizo llamar, gritó repetidas veces Sole eres insoportable. Por lo visto ayer se había perdido y hoy iba por el mismo camino pues andaba a sus anchas por los pasillos del local. La yaya siguió gritando al tiempo que limpiaba los mocos a la pequeña que no paraba de llorar. La gente ni se inmutó. Hoy en día, en público, nunca dejamos claras nuestras posturas aunque sea de ley. Nos hemos vuelto pasotas. Somos maleducados pero defendemos como valor fundamental de nuestro tiempo el respeto. En la cola del súper también un tipo que charla por el móvil mientras ojea un gel de oferta. Parece ser que es miembro de una discográfica. Pinta la tiene toda. Barbita de seis días, vestidito con pitillos y cazadora negros, converse y un libro de pseudointelectural en la mano.

Declaración de principios

Enésima vez que comienzo un blog y enésima que lo dejaré, supongo. Pero ante todo una declaración de principios: antes escribiré todo tipo de banalidades que un diario eternamente post-adolescente tipo La flor de la canalla del televisivo Máxim Huerta.
Un blog de curiosidades, críticas y momentos literarios, pero sin pretensión alguna de descubrir un alma poética, de esas que tanto abundan por este tipo de espacios, que ofrece textos metafóricos disfrazados de cursilería dominguera.